El Asesoramiento Filosófico Estoico es un viaje interior de autoconocimiento.

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¿Te sientes perdido/a? ¿Te gustaría dar significado a tu vida? ¿Te sientes apático/a?

¿Necesitas conocerte más allá de estereotipos psicológicos? Te gustaría dejar huella y no perderte en las banalidades diarias?

¿No has encontrado todavía tu lugar en el mundo?

¡CONÓCETE A TI MISMO!

(¡Nosce te Ipsum!)

El Asesoramiento Filosófico Estoico es un viaje interior de autoconocimiento basado en la sabiduría milenaria de la Filosofía Estoica.

El Asesoramiento Filosófico es un abordaje psicopedagógico efectuado a través del diálogo racional que mantiene un filósofo práctico con su asesorado (cliente). La finalidad es profundizar en la comprensión del asesorado con el fin de obtener mayor claridad mental, salir del sufrimiento, encontrar sentido y fluir en el proceso de la vida.

Efectivamente todos pensamos, pero no todo el mundo sabe razonar, porque esto se aprende. La Praxis Filosófica no substituye a la psicología, ni a la psiquiatría, al igual que éstas tampoco pueden substituir la práctica filosófica, simplemente porque son enfoques metodológicos e ideológicos distintos, donde la filosofía práctica destaca fundamentalmente en el arte de saber pensar de forma lógica, desprejuiciada, lúcida y autónoma. Aunque el Asesoramiento Filosófico tiene incuestionables efectos terapéuticos, no se enfoca primordialmente como una terapia al uso, sino como un abordaje psicopedagógico de autoconocimiento con vistas a la realización personal. 

La sabiduría esencial que se utiliza en la consulta es la de los principales filósofos estoicos: Zenón de Citio, Epicteto, Marco Aurelio, Séneca y Cicerón.

El Asesoramiento Filosófico es una profesión que procede de la Filosofía entendida como arte de vivir. De hecho, así es como nació en la antigua Grecia y se desarrolló en la antigua Roma hasta que, a partir de la Edad Media, coge protagonismo absoluto la filosofía especulativa, que es la encauzada a la construcción de sistemas explicativos del mundo y que se enseña en las universidades, pero ajena al propio desarrollo personal. Salvo excepciones, no es hasta 1982 que el filósofo alemán Gerd Achenbach retoma la antigua concepción grecorromana de aplicar la Filosofía a la vida cotidiana para procurar la felicidad, la imperturbabilidad, la autorrealización personal y una vida virtuosa (ética).

El Filósofo Asesor es un profesional (un doctor o graduado en Filosofía que además se ha formado en uno o diversos enfoques de Asesoramiento Filosófico) que ofrece una relación de ayuda para que el asesorado se conozca a un nivel profundo con vistas a mejorar su vida. Mediante un diálogo profundo aborda las dificultades y problemas vitales del asesorado (desde problemas personales hasta inquietudes relacionadas con el ámbito social, profesional, cultural y existencial), con la intención de clarificar y desarrollar su filosofía de vida. El filósofo facilita la reflexión profunda conjunta y no ofrece una terapia alternativa sino una alternativa a la terapia, ya que en la mayoría de las veces no hay nada que “curar” sino sólo orientar, resolver o simplemente reflexionar.

Las bases para el diálogo son el sentido común, la empatía, la capacidad de autocrítica y la honestidad. Se acompaña al asesorado en un marco de libertad y seguridad a través de un diálogo que propicie la apertura necesaria para que salgan a la luz las causas más profundas (esquemas) que originan su malestar vital y poder resolver el problema desde la raíz.

Todo el mundo piensa, pero mucho de nuestro pensar es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo, nuestra calidad de vida y de lo que producimos, hacemos o construimos depende, precisamente, de la calidad de nuestro pensamiento. El pensamiento de mala calidad cuesta tanto en dinero como en calidad de vida. La excelencia en el pensamiento debe aprenderse y ejercitarse de forma sistemática. Los filósofos asesores te ayudamos a conseguirlo.

El asesoramiento filosófico estoico no es otro enfoque psicológico, no es una terapia, no damos consejos, no nos dedicamos a escuchar, ni diagnosticamos, y por supuesto no asesoramos (aunque se nos llame “asesores”), de ahí que yo prefiera llamarlo “acompañamiento” filosófico. Nuestra labor es hacer preguntas apropiadas y de impacto que hagan a nuestro interlocutor tomar conciencia de sus puntos ciegos, de comprender(se), aceptarse, y de ser autocrítico para después tomar, por sí mismo, las mejores decisiones y llevarlas a cabo.

Dentro del asesoramiento filosófico general utilizo la sabiduría estoica, pues es la escuela de pensamiento filosófico más consolidada que existe con una pervivencia de más de 2.300 años. Es tal su éxito, que hasta la psicología cognitivo conductual se basa en ella, modelando tanto sus técnicas como su pensamiento.

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